mardi 3 janvier 2012

La lección de Florida: Apenas un metro...

 
Apenas un metro…

Noventa centímetros, así parece poco. A quién le importaba que subiera el nivel del Atlántico de noventa centímetros para 2050 ? Claro, era un poco más que lo previsto. Claro, la acceleración apenas empezaba. Claro, en Groenlandia aún quedaban ochenta por ciento de los hielos de 2010.

La lección primera fue en Florida. Quien hubiera pensado que los fenómenos que tanto afectaban a las masas humanas indistintas de Bengladesh, Louisiana, y otros países pobres, también causarían el fin de la despreocupada Florida ?

La jóven república latina de Florida fue azotada varios años por hurracanes cada vez más frecuentes y potentes que dejarón zonas damnificadas cada vez más extensas. No hizó falta que la submersión sea permanente para causar la catástrofe, porque la catástrofe primera fue económica : del día a la mañana ninguna sociedad de seguros aceptó cubrir los riesgos climatológicos. Del día a la mañana todos los edificios y condominios de lujo en las playas se encontraron a la venta, y nadie los compraba. Esta crísis fue peor que la de las « subprimes » porque no existía ninguna esperanza de mejora. Varios bancos se encontraron en quiebra, tanto en América del norte que del sur.

Los ricos se mudaron, se fueron a otros países, y los pobres se quedaron, ocupando los pisos más altos en los más hermosos condominios abandonados, que aún no se habían derrumbado.

En todos los países del mundo, los que economícamente lo podían, se estudiaba ya la posibilidad de grandes obras de protección, pero con un costo tan elevado que también hubo que elegir las zonas por salvar, y sacrificar a otras. Muchos ingenieros holandeses emigraron a los países más ricos a vender sus capacidades. Tal fue el caso en Brasil.

Porto Alegre, desde fines del siglo XX había sido pionera en los temas ambientales, y por su posición geográfica tuvo que continuar...
Tormenta en Porto Alegre, a principios del siglo XXI.
 Así fue como en 2058 se inauguró la parte más importante de los diques de protección de la capital del estado de Rio Grande do Sul...

1 commentaire:

  1. Superb! Genial, amigazo Antoine. En una cierta época viví a orillas del mar, en Mar del Plata, la antigua "costa azul" platense, y vivía asustado con las grandes olas, y eso que en los años sesenta a los tsunamis todavía se los llamaba maremotos!
    Nuestro amigo Sérgio Cambiado no corre esos riesgos, porque el día que el agua salada llegue a Minas gerais, es porque el fin del mundo está más cerca que lo que se imaginaron los mayas!

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