lundi 2 janvier 2012

Portuñol Sin Fronteras, Futurista y Salvaje. 2ª parte.

Faz apenas uns poucos dias que me contaram que os escritores Antoine Bairral e Sérgio Cambiado se encontraram, numa bela tarde de outono, no Café La Paz, em Buenos Aires, na esquina de Corrientes e Callao. Tinham sido convocados por um misterioso telefonema de Santiago Castro, amigo de um velho escritor já falecido, o Israel Vilhas, antigo companheiro de lidas de Javier Villanueva.

O que Santiago veio lhes propor esse dia não era nada simples: escrever uma história que relatasse passo a passo os últimos cem anos de conquistas e fracassos da Confederação Brasil-Argentina-Paraguai-Uruguai.

Mas antes de nos embrenharmos na história da Confederação, vejamos que aconteceu na história de vida dos dois escritores em questão. Por que eles e não outros?

Escreveu o governador Dom Afonso Furtado de Castro do Rio de Mendonça, senhor e visconde de Barbacena, e governador-geral desde 8 de maio de 1671, incentivando o aventureiro bandeirante Fernão Dias a buscar nas regiões de São Paulo e Bahia prata e esmeraldas, dá-lhe carta patente de chefe da grande bandeira com o título de "governador das esmeraldas e da conquista dos índios Mapaxós."

Em julho de 1674 parte de São Paulo à frente da bandeira das esmeraldas, da qual fazem parte o genro Manuel da Borba Gato e os filhos Garcia Rodrigues Pais e José Dias Pais. Este conspira contra o pai, que manda enforcá-lo como exemplo.

Mas nessa bandeira havia um desconhecido arquiteto, ou talvez engenheiro, o que nunca pode ser estabelecido com certeza, o Sérgio Minetti Cambiado, especialista em construções de pedra, algo pouco usado no São Paulo da antanho, mais inclinado sempre ao adobe e o pau-a-pique. Minetti Cambiado, o tetra tataravô do nosso famoso escritor mineiro de hoje, acompanhou em silencio e com grande desgosto a sanguinária expedição que, por fim, alcança o norte de Minas Gerais, e durante sete anos explora os vales dos rios das Mortes, Paraopeba, das Velhas, Aracuaí e Jequitinhonha.
O bandeirante encontra turmalinas, que pela cor verde ele confunde com esmeraldas. E por fim, o falso herói paulistano morre de malária, já no caminho de retorno à vila de São Paulo.

Mas o nosso verdadeiro herói, o Sérgio Minetti Cambiado, não. Ele decide ficar no sertão, dedicar-se à agricultura, que foi a única descoberta da famigerada e malfadada bandeira. Onde a lenda falava de uma Serra Dourada, ou Verde, segundo a ambição lusitana e bandeirante enxergasse ouro ou esmeraldas, o nunca achado Sabarabuçu, dom Cambiado encontrou a paz que não tinha achado na sua Ligúria natal, e menos nas carnificinas das entradas e bandeiras.

–O que poucos sabiam na época- conta o Sérgio Cambiado de hoje, o mineiro-  é que muito provavelmente um outro meu tataravô chegasse à América junto com os imigrantes genoveses, com certeza os primeiros italianos que aportaram em Buenos Airesdiz olhando para o Antoine Barral, e aparenta ficar cada vez mais interessado pelo assunto.

 –É verdade, nos anos da Revolución de 1810, havia tão somente 42 “tanos” em toda a cidade de Buenos Aires; mas segundo parece, despois dos cruentos conflitos de 1820 e 1821 na Itáia, já com a Génova anexada à Sardenha  muitos se expatriaram no Rio da Prata, no Riachuelo, onde formaram a “La Boca”, um vilarejo de puros ligures- conta Antoine. –Mas o meu antepassado não parece ter vindo diretamente da Liguria, mas sim do Sabarabuçu, algo que ainda não está bem estudado.

 2ª Parte.

A Antoine y Sérgio Cambiado se les hizo de noche en el Bar La Paz y todavía les faltó tiempo para terminar de hablar de la saga de los Minetti Cambiado que, habiendo salido de Génova en el siglo XVII, se enmarañaron  hacia adentro de los sertones de Minas Gerais.

No sin antes pasar una larga temporada en el viejo barrio de La Boca- agrega Sérgio, y Antoine se acuerda de su propia saga, viajando de la Francia provenzal al Ecuador cálido y misterioso, y de allá para África.

-Es verdad, llegamos con mi família a África en 2029, justo cuando China, a pretexto de la búsqueda de armas nucleares de destrucción masiva, invadía Senegal y Mauritania, en una operación relámpago secundada por el 54º cuerpo de ejército de Viet Nam- recuerda Antoine los años de su adolescencia cuando, todavía deprimido por tener que dejar Quito y sus amistades estudiantiles, tuvo que adaptarse a la vida en Dackar, que en los años 30 del siglo XXI eran  particularmente difíciles por el clima de guerra que el cerco del ejército chino había establecido.

- Al final, lo de las armas de destrucción masivas no era más que un pretexto para apropiarse del petróleo y las minas de diamantes, y los propios vietnamitas presionaron a sus aliados chinos a dejar el sitio antes de los doce meses- Le recuerda Antoine Bairral a Sérgio, mientras pagan la cuenta y salen para el hotel Broadway, en la avenida Corrientes, casi en frente al Obelisco.

Sérgio Cambiado y Antoine tampoco lo sabían, pero sus familias tenían una historia en comun: y es que tanto los hepta-tatarabuelos de uno como los del otro, habían hablado el shuadit, que es una lengua judeo-romance extinta en el sur de Francia, idioma también conocido como judeo-provenzal.

Sí, y con la persecución a los judíos instaurada por el Santo Oficio de la Inquisición en Francia, finalmente se extinguió. Dicen que en 1977, a la muerte de su último hablante, Armand Lunel, se acabó el shuadit, si bien otros lo ven como un dialecto del occitano- dice Israel Vilhas, especializado en cuestiones diversas, motivo por el cual el Pelado Rafael decía que era un humanista, porque nada de lo humano le era ajeno.

-En 1498, los judíos fueron expulsados del sur de Francia. Y aunque la comunidad no fue totalmente excluída hasta 1501, una gran parte se dispersó por otras regiones, especialmente por Génova, en la cuál, según contaba el viejo Sérgio Minetti Cambiado, arquitecto que acompañó a los aventureros de la Bandeira de Fernão Dias de São Paulo hasta Minas Gerais, muchos lígures se mezclaron alegremente con los judíos, y fueron mestizando su dialecto italiano con el provenzal de los exiliados del Condado Venaissin- insiste Vilhas con su enciclopedismo irritante.

Pero Antoine Bairral y Sérgio Cambiado ignoran estos hechos históricos que los unen en un pasado más que remoto, y lo que les interesa ahora es lo que ocurrió en los últimos 15 ó 20 años, y cómo éso va a afectar la visión de lo que tendrán que elaborar a pedido de Santiago. Es una propuesta alucinante, por lo que se les ofrece desde la editorial –un generoso pago adelantado y derechos de autor arriba de lo que generalmente se estipula- pero sobre todo por la fama y la gloria merecida que un estudio sobre la historia de la Confederación les puede significar.

Y Antonio vuelve sobre los recuerdos dolorosos de su llegada a Dackar, al inicio de la adolescencia, cuando además dejaba para atrás un amor juvenil y platónico, un tema que no comparte con nadie, ni siquiera con su reciente amigo, Sérgio Cambiado:

-La presencia de las tropas chinas y vietnamitas en los años de 2029 y 30 en África fueron nefastas. Muchos intelectuales esperaban una actitud parecida a la de los Viets en 1978, cuando pararon la locura del Khmer Rojo en Camboya; pensaban incluso que los antiguos Viet-congs se enfrentarían de algún modo al capitalismo salvaje de los chinos, del mismo modo que los habían encarado en 1979, cuando los maoístas apoyaron al Khmer. Pero no, los antiguos revolucionários se sumaron a los abusos; igual que cualquier tropa norteamericana del siglo XX, cuando los yanquis eran los dueños del mundo- cuenta Antoine con amargura.

-Pero eso creó um clima que tuvo consecuencias contrarias, más positivas, no?- le pregunta Sérgio.

-Sí, el pueblo de Senegal y el de Mauritania se unieron, lograron el apoyo rápido del nuevo Partido Socialista Democrático de Cuba, que también mandó tropas de elite que se mantuvieron en cuartel, cerca de la frontera, y entonces ocurrió lo inesperado: una gran insurrección popular- cuenta Antoine con emoción.

-En el curso de la noche del 22 al 23 de octubre de 2030, el comité militar revolucionario formado por los partidos que resistían a la invasión china ya había comenzado a lograr que las tropas de Mautitania y Senegal –completamente subordinada hasta entonces a los invasores- quedaran separadas de sus mandos naturales y que aceptarantan  sólo sus ordenes- le agrega Israel Vilhas, que siempre parece que lo sabe todo, a Antoine.

-Extrañamente, la respuesta gubernamental y de los invasores fue muy lenta y, sin duda, eso disminuyó su eficacia. El 24 de octubre, el alto mando de los chinos ordenó a las tropas vietnamitas de apoyo que ocuparan los puntos estratégicos de la ciudad de Dackar y Nouakchott, en Mauritania – hace un gesto de disgusto Antoine, sin duda um poço molesto por las permanentes intervenciones enciclopedistas del viejo Israel Vilhas.

-Al mismo tiempo, el gobierno títere proclamó el estado de sitio en las dos capitales, en Rosso y Touba. Más titubeante todavía fue en lo que se refería al arresto del comité. Después de ordenarlo, revocó la orden por temor a dar motivo a las calumnias que lo acusaban de querer instaurar una dictadura a favor de la India, enemigo mortal de la China- recuerda Sérgio Cambiado.

-Lo que los invasores desconocían era que las únicas fuerzas de las que podía fiarse poco más podían hacer que proteger algunos pocos edificios. Durante aquella misma noche del 22, las tropas gubernamentales, convencidas de que estaban combatiendo a la reacción pro-India, secundada por dirigentes la Guardia Socialista formada por obreros industriales, y apoyada por los consejeros cubanos, entraron en acción. Por la mañana, casi sin derramamiento de sangre tenían bajo su control todos los puntos estratégicos de la ciudad. En el caso del palacio de gobierno bastó simplemente con que las fuerzas insurrectas reemplazaran a los soldados que hacían guardia como si se tratara de un simple relevo. Mientras tanto, las masas enfervorizadas tomaban, bajo la dirección del Frente Democrático y Socialista, los edificios principales de la ciudad- termina Antoine Bairral el relato.

-Y ese cambio en África Occidental, tan cerca de América, influyó a que creciera aún más la fascinación por el modelo de integración y desarrollo de la Confederación Brasil-Argentina-Paraguay-Uruguay, de la cual los cubanos eran fuertes aliados después de la muerte de los hermanos Castro y la democratización socialista del país- dice Sérgio Cambiado, cierra el lap-top y sale de la habitación de Antoine en el hotel Broadway; les espera mucho trabajo al dia siguiente.

Continuará. Javier Villanueva, basado en ideas y comentarios de Antoine Barral. São Paulo, enero de 2012.

1 commentaire:

  1. Me encantaron las fotos! fue una buena idea dejarte esa iniciativa, no? Y no fue pereza, es que el nuevo gmail no me deja hacer algunos copy-paste que hacía antes. Cosa 'e Mandinga!

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